jueves, 7 de agosto de 2008

KAIROS




Sentada en mi silla, presa del tiempo, escuché una pregunta profunda para una niña de siete años.

Abuelita dijo...que nos da la pauta para nuestros logros?

Solo se me ocurrio responder... detener y acelerar! Ella me miró con sus grandes ojos café, sentandose a mi lado, deslicé mis dedos por su larga cabellera y le dije...
"te voy a contar un cuento"!

En una Dimensión desconocida, de las tres que tiene el espacio, ancho, alto y largo del Universo vivía una hermosa princesita.

Su madre siempre quizo lo mejor para ella, solía decirle que el tiempo era valioso, malgastarlo era un error.

Ella, como tú,no lo entendía, corría tras las mariposas y su mundo era grande, como su felicidad!

Los astrónomos se afanaban en observar las galaxias, para comprobar su actividad y evitar así, que algún estraño, mancillara la inocencia de la princesa.

Fue a los mejores colegios,preparada para elegir entre los jóvenes más ricos de la corte. Ella era materia pura!

Y fué allá, en lo ancho del Universo, allí donde hay colisiones entre partículas de alta energía, como en el centro de una galaxia ... estaba él, Inteligente Antimateria,contraparte de su alteza!

El cruce de sus miradas, lo hizo todo, el linaje no importó, quizás los Griegos lo entenderían al llamar a Kairos el momento perfecto.

Ese era su nombre, estaba su destino escrito en las estrellas! De nada valieron los ruegos y amenazas.

Ella huyó con Kairos en busca de su destino.

Viajaron por las estaciones, en el tiempo de solsticios y equinoccios, sintiendo en sus cuerpos los cambios en el calendario.

Fué hija mía, su tiempo valioso, el ser Kairos, su contraparte(antimateria), le enseñó, a utilizar la balanza de la vida.

Su tiempo se volvió oro, con la llegada de los hijos. Volaba rápido cual gacela! Luego llegaron los nietos...

oh!! inclemente tiempo que no perdona.


Voltee hacia arriba, en busca del reloj, recuperando el ritmo de la respiración.

La pauta, para tus logros, hija mía,está en tí...lucha por ellos!

La niña rompió a llorar, cuando vio, que el inclemente tiempo tenia a su abuelita sabia, en una silla de ruedas.

1 comentario:

ABRAZADORDENENAS dijo...

Arrecho e impresionante texto.
Impresonante.
Besotes.